Convertir un objeto en una obra de arte, tal es la tarea de los alfareros del pequeño pueblo de Tamegroute. Ahí, con mucha paciencia y perseverancia, se trabaja la cerámica gruesa y se le otorga el aspecto más rústico y auténtico.
Nuestro jarrón Malvea es testigo de este saber hacer único, típico de las tradiciones ancestrales marroquíes. Una pieza bereber que, con su enorme carga cultural, lo cambiará todo en la decoración de un interior.
Su tono verde, su gradación de color, su forma redonda, su textura irregular… Todas estas características lo hacen realmente especial y distintivo. Un objeto perfectamente imperfecto para todos los amantes de la artesanía y de la decoración con alma.